Una empresa individual es una forma de negocios donde una sola persona, también conocida como trabajador autónomo o independiente, opera la empresa. Este individuo es el único propietario y responsable de todas las operaciones. Puede realizar una amplia gama de actividades, desde consultoría hasta trabajar desde casa en distintos horarios.

Las ventajas de optar por esta modalidad incluyen la autonomía en la toma de decisiones, la capacidad de ofrecer servicios o productos directamente a los clientes y costos iniciales y operativos reducidos. Para los pequeños proveedores con ingresos anuales moderados, generalmente no es necesario registrarse para impuestos de venta, y pueden aprovechar beneficios fiscales como créditos e deducciones.

Sin embargo, existen desventajas importantes. Los trabajadores autónomos no tienen acceso a beneficios típicos de empleados, como vacaciones pagadas o seguro médico, y deben hacer frente a todas las responsabilidades y costos de seguros requeridos por la empresa. Además, pueden enfrentar dificultades para obtener financiamiento externo y están sujetos a una mayor carga impositiva en comparación con empleados asalariados.

Otro aspecto a considerar es la responsabilidad personal del trabajador autónomo por los actos de la empresa y los riesgos personales en caso de bancarrota. Sin embargo, los trabajadores autónomos pueden optar por cambiar a una sociedad por acciones si sus ingresos lo justifican, lo que ofrece beneficios fiscales adicionales y la posibilidad de transferir activos de la empresa individual a la nueva entidad.

En resumen, la elección entre ser un trabajador autónomo o incorporar una sociedad por acciones depende de varios factores, incluidos los ingresos, las necesidades de beneficios y la tolerancia al riesgo. Sin embargo, queda claro que ser un trabajador autónomo en Quebec implica tanto ventajas como desafíos significativos en el ámbito personal y fiscal.